La emocionante ciudad de Tirana es una de las pocas capitales europeas que quedan por descubrir, y existen muchas razones por las que convertirla en el destino de su próxima escapada urbana. Desde que el régimen comunista del país fue abolido a principios de los años 90, Tirana ha experimentado un renacimiento por completo y se está transformando a pasos agigantados, dando lugar así a unos espacios públicos rebosantes de vida gracias a su oferta cultural, gastronómica y nocturna. Explore las reliquias de su pasado otomano, italiano y comunista y aprenda la agitada historia del país durante el siglo XX en los búnkers de hormigón rehabilitados. Recorra los bulevares arbolados o tome el teleférico hasta el Parque Nacional Dajti, cercano a la ciudad, para poder admirarla desde lo alto. Más tarde, puede integrarse con los simpáticos lugareños en el animado distrito de Blloku. ¡Pero hágalo rápido, porque se está corriendo la voz!
Tras la Segunda Guerra Mundial, Albania se vio sumida en un régimen comunista especialmente estricto que mantuvo al país aislado del resto del mundo durante más de cuatro décadas. Las heridas siguen sanando, pero hoy en día, Tirana no tiene nada que ver con lo que era hace 10 años. En primer lugar, la capital albanesa, que había estado dominada por edificios grises de hormigón, se ha liberado por completo de esa imagen monótona de expansión urbanística. Y no es una forma de hablar: los grandes barrios de la ciudad ahora están pintados con colores vivos y los cuadros eléctricos están decorados con arte callejero, como si dieran la bienvenida a un futuro radiante. Puede dar un paseo a lo largo del río Lana para ver algunos de los ejemplos más impactantes.
La plaza peatonal de Skanderbeg es el corazón de la ciudad. En su centro, se encuentra una estatua ecuestre homónima en honor al hombre que lideró con éxito la rebelión contra el Imperio otomano en el siglo XV. Esta amplia plaza también alberga el Museo Histórico Nacional, decorado con un enorme mural socialista de estilo realista sobre la entrada que puede encantarle o puede horrorizarle. La exposición permanente le lleva a recorrer la turbulenta historia del país desde los días de la antigua Iliria hasta el presente, además de exhibir una réplica de la legendaria espada de Skanderbeg. En el extremo opuesto de la plaza se levanta la mezquita de Et'hem Bey, del siglo XVIII, uno de los edificios más venerados del país, y la Torre del Reloj, un edificio de 35 m de altura que ofrece unas maravillosas vistas. Los recuerdos del pasado comunista de Albania continúan salpicando el paisaje urbano. Cerca de la plaza principal se encuentra la pirámide de Tirana, que fue inaugurada en 1988 como un museo dedicado a la figura del longevo dictador Enver Hoxha. Este enorme edificio de estilo brutalista permaneció vacío durante años, pero ahora está preparado para una segunda vida como un moderno centro cultural. No obstante, nada representa mejor el aislacionismo paranoide del régimen de Hoxha que los más de 700 000 búnkers de hormigón construidos por todo el país entre los años 60 y 80 del siglo pasado. Si coge un autobús hacia las afueras de Tirana podrá ver el mayor de todos, Bunk'Art. Fue construido en origen como un refugio antiaéreo para proteger a las élites políticas y militares de Albania. Este laberinto subterráneo de 3000 m² se ha convertido en un museo histórico fascinante y en una galería de arte. Su hermano pequeño, Bunk'Art 2, se encuentra bajo el edificio del Ministerio del Interior de Albania, y recoge testimonios sobrecogedores sobre la persecución y la opresión política.
La gastronomía albanesa mezcla influencias eslavas, mediterráneas y turcas, con platos como el cordero asado, el qebab (kebab), la qofte (albóndigas fritas o a la parrilla), el pescado y las verduras rellenas dominando los menús. Uno de los mejores lugares para probar platos tradicionales es Oda, un pequeño restaurante encantador con mesas bajas, bancos de madera y alfombras artesanales. No se vaya sin probar la especialidad local, conocida como fergesë e Tiranës, un guiso a base de huevos, queso, pimiento, tomate y cebolla. Pero si lo que prefiere es darse un festín de carne, en Zgara Korçare 2 son especialistas en platos a la parrilla, como las famosas albóndigas de la región de Korça. Recuerde bajar la comida con una pinta de cerveza local, ya sea negra o rubia. La mayor concentración de restaurantes se encuentra en Blloku (o el Bloque), un lugar que anteriormente estaba reservado exclusivamente a los altos cargos del partido comunista. Esta pequeña zona cuenta con poco más de una docena de calles, pero se ha convertido en el punto más concurrido de la ciudad, y está plagado de restaurantes, bares y cafeterías de moda. El restaurante Piceri Era es un claro favorito entre los lugareños, ya que ofrece comida tradicional albanesa y una de las mejores pizzas de toda la ciudad. También puede visitar Juvenilja si desea degustar platos locales y marisco fresco. No obstante, si lo que busca es algo más especial, reserve entonces en Uka Farm, una granja familiar con viñedos a las afueras de la ciudad donde le servirán queso y carne de producción local y verduras ecológicas en un entorno rural. Y hablando de comer con vistas, puede tomar el teleférico Dajti Ekspres hacia Ballkoni Dajtit, un restaurante muy popular donde probar comida albanesa e italiana con vistas a toda la ciudad y, si el clima lo permite, a la costa adriática.
En Tirana no faltan los centros comerciales modernos. Existen tiendas para todas las necesidades, desde las principales marcas hasta las más exclusivas. Aunque solo sea por su impresionante arquitectura, merece la pena visitar Toptani, que se inauguró en 2017. ¿Que lo que busca es un souvenir? Seguramente en las calles Myslym Shyri y Çam encontrará los mejores productos hechos a mano, como joyería tradicional, trajes típicos, alfombras y menaje. Si además le gusta observar a la gente local durante sus compras, visite el recién reformado Nuevo Bazar. Pasee entre los puestos de frutas y verduras apiladas, carne y marisco fresco y tómeselo con calma para empaparse del ambiente. En los últimos años, Blloku se ha ido convirtiendo en el epicentro de la vida nocturna de Tirana y atrae a multitud de jóvenes cada noche. Comience su ruta de bares en el Lincoln Garden Café, en el frondoso jardín de la antigua residencia de Hoxha. Puede seguir en el Radio Bar, llamado así por su colección de viejas radios albanesas y muy popular por su decoración clásica y su maravillosa terraza interior. O pruebe también Illyrian Saloon, inspirado en la antigua cultura iliria, que se ha ganado su fama gracias a su cerveza de calidad y su estupenda música, con conciertos en vivo y actuaciones con DJ. ¿Le apetece un cóctel? En Colonial Cocktail Academy o Nouvelle Vague sirven algunas de las bebidas más creativas de toda la ciudad.
No se olvide de dar un paseo por el Gran Parque de Tirana, un oasis con un lago enorme, caminos de madera y cafeterías tranquilas. Si se dirige a Bunk'Art, combine la salida con una visita al Parque Nacional del monte Dajti y observe la ciudad desde lo alto. Tome el teleférico Dajti Ekspres hasta la cima, respire aire fresco y disfrute de las vistas y los senderos. También puede hacer ciclismo de montaña, parapente o escalada, e incluso visitar el parque de aventuras, que cuenta con un circuito de cuerdas que le harán soltar toda la adrenalina. ¿Vamos a la playa? Durrës es la localidad costera más accesible desde la capital albanesa. Se encuentra a tan solo 30 km de distancia y hay autobuses disponibles todo el día. Esta histórica ciudad portuaria cuenta con 10 km de playas, un anfiteatro romano y un fantástico museo arqueológico. Si le interesa el pasado otomano del país, reserve un día para ir a Berat, conocida por sus casas blancas amontonadas de origen otomano, cuyas ventanas oscuras representan unos ojos vigilantes, y es por ello se la conoce como "la ciudad de las mil ventanas". Fue construida en la ladera de una colina y ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad conferido por la Unesco. Suba hasta la preciosa fortaleza restaurada del siglo XIV para disfrutar de las mejores vistas de este lugar encantador y las montañas que lo rodean.
Con más de 2500 horas de sol al año, Tirana es una de las ciudades más soleadas de Europa. Su clima es subtropical, aunque suele ser benévolo: el verano es principalmente cálido y seco, la primavera y el otoño son moderados, y los inviernos son suaves y bastante húmedos. Es habitual que en los meses de julio y agosto se alcancen temperaturas por encima de los 30 ºC. La mejor época para visitarla es entre abril y octubre.
El aeropuerto internacional de Tirana Nënë Tereza es el principal aeropuerto internacional de Albania. Situado a tan solo 15 km del centro de la ciudad, se trata de un aeropuerto compacto, con una sola terminal, pero que cuenta con todos los servicios que necesita. Para llegar al centro de Tirana, tome la lanzadera, que pasa cada hora (la duración del trayecto ronda los 40 minutos), alquile un coche o súbase a un taxi. Existen también líneas de autobús regulares a Fier, Vlorë y Durrës.